lunes, 5 de julio de 2010

La confesión sobre la primera vez......


“… Febrero 1993. Una larga y calida noche de fiesta. Música y ambiente a todo dar. Alcohol; mujeres bellas y de alto rango y sociedad. Una recepción importante con prominentes presentes, diplomáticos, políticos, artistas, y allí yo…pequeño, minúsculo, pero, presente y haciéndome notar entre los más grandes. Amigo de todos, siempre una sonrisa, una picardía; un beso. Sintiéndome El Cesar en la Roma antigua. Mas alto no se puede llegar –me dije a mi mismo- Rozando los codos con gentes de medios reconocidos y entrabando diálogos y polémicas entre ellos. Robando risas y cortejando ojos azules como el mar, a voluntad. Piernas que rozan bajo las mesas. Mi corazón late desenfrenadamente al ritmo de la alta música. Mi smoking, de perfecto corte y elegancia, casi, hacia competencia con mis ánimos esa noche. Una pequeña churuata, lo suficientemente privada para quienes nos reuníamos allí. Risas, picardía, mas risas, besos, saliva, tragos. Esa noche conocí al más temible de mis enemigos, nos presentamos sin muchos preámbulos; yo quería ser como todos (estúpido de mí) chispeante, agradable, arriesgado. Sobre el cristal estaba, resplandeciente como miles de pequeños brillantes, casi una invitación a buscarlo, provocándote, llamándote. Mis deseos de imitar a otros socialmente crecían y observaba los efectos de esa arenilla. Euforia, aumento del libido, resistencia al alcohol y por sobre todo; era de unos pocos. No todos tenían este acceso, solo un pequeño grupo de fuertes; quienes me convidaron a acompañarles gozaban este privilegio, este tabú en sus manos, lo cual los hacia ver distintos, los hacia ver por encima del hombro a todos los demás. Les otorgaba poder inmediato; además, por supuesto, de todo aquello que mencioné. La tentación fue más que yo, el hipnótico poder de esa substancia fue mas que mi propia voluntad y la presión, así como el ánimo de mis cercanos, a intentar, eran ensordecedores. Tome el pitillo y aspire a través de mis fosas nasales aquella sal misteriosa. En segundos todo cambió, mi corazón latía intensamente fuerte, mis arterias pulsaban, la respiración era fuerte y profunda, mis sentidos se agudizaron y me sentí el ser más poderoso del planeta. Mi fuerza física aumento, mi resistencia al licor igual. Hablaba con fluidez y poca timidez, era ahora menos reservado y salí a la cacería de presas con la confianza de un tirador experto en derribar leones u elefantes en la estepa del Kalajari.

Sumergido en mi secuestro interno, no vacile en moverme hacia las hembras, que mis sentidos y libido aumentado, decidieron ser las victimas perfectas. Bellos rostros, cabellos oscuros, piernas largas y escotes sugestivos. Mi papel estaba en desarrollo, la actuación parecía algo extremadamente sencillo. Mis palabras, que comenzaron siendo muy cautelosas, progresaron al ritmo de la conversación; hasta hacerse arriesgadas, sugestivas y peligrosas. Sin embargo, mis compañeras parecieron aceptarlo y seguir un juego de seducción que duró hasta avanzada la noche y culminó en el clímax y un portentoso orgasmo, en un sitio, poco reservado y para nada discreto. Lo que causo risas apagadas, miradas sugerentes de mas y mejor calidad. Pero por una extraña sensación quería más de aquella estela para preparar mi cuerpo para lo que se avecinaba. Busque y encontré más entre mis congéneres; quienes se encontraban ya muchos en sus propios asuntos. Una o dos dosis, suficiente para lograr lo que deseaba. La ingestión desenfrenada del alcohol, el libido, las intensas relaciones sexuales y el ambiente en si; agotaron mi organismo, haciéndolo caer en un estado estuporoso. Ya las cosas no eran tan claras, las palabras tan precisas ni el dialogo tan fluido.

Vencido al fin por el sueño, busque acomodo en algún espacio junto a una de mis compañeras, para descansar y dormir. Mis ojos se cerraron, casi al instante y caí en profundo sueño. Buscando arropar mi cuerpo, con la “piel de gallina” por el frío de la muy temprana mañana; me encontré casi solo; con excepción de algunos amigos/as. Mi compañera desapareció en mi sueño, sólo para enterarme horas después, que era menor de edad e hija de uno de los invitados más importantes de aquel comité y pareja de uno de los dueños de la casa en cuestión. Un rápido baño en la helada piscina; seguido de la búsqueda de mis objetos personales, las llaves de mi vehiculo y una rápida llamada a través del teléfono celular; fueron lo único necesario para seguir el camino; el cual termino con un desayuno en una de las areperas mas prestigiosas del momento y las risas alborotadoras, del recuerdo de todos aquellos actos que produjeron bochor

no, ridículo y pena; incluido el mío que fue (en retrospectiva) lamentablemente festejado y aplaudido como el más “genial” d

e la noche.

En ese momento exacto, terminó un trayecto de un camino, y empezó para mi ho

rror; el comienzo de otro distinto; que ha marcado mi vida y lo sigue haciendo de tanto en tanto. Aquí comienza la batalla entre mi enemigo más odiado, temido y yo…”



Autor del texto:Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano. Para mayor información o contacto, escriba a manthralab@gmail.com o llame al teléfono: +58 424 2302419

viernes, 4 de junio de 2010

La recaída y sus factores




Recientemente me preguntaba como explicar las recaidas o retoma voluntaria del consumo en el adicto que se encuentra en proceso de rehabilitacion. No es extraño en las estadísticas observar que el número de pacientes que incurren en recaidas es importante; pero, no es mi objetivo en este punto explicar las matemáticas, sino, el expresar la motivacion del evento. En otras palabras el como y porque.

Como he comentado antes, el cerebro del adicto es funcional y quimicamente diferente al de un individuo no consumidor. Poseen variaciones importantes de substancias neurotransmisoras y en casos particulares tambien anormalidades estructurales. Adicionalmente la adiccion tiende a acompañarse de otros trastornos psiquiátricos suyacentes (no en todos los casos) y de lo que he denominado "defectos del caracter".

Cuando alguien me pregunta: ¿Por qué el adicto recae? Mi respuesta no siempre es sencilla y clara, porque los factores que influyen en la dinámica son numerosos y merecen consideraciones detalladas. Es decir, no se puede explicar con poco lo que sucede como consecuencia de una cadena de eventos o de coexistencia de los mismos. El adicto, como todos, es un ser único; un universo individual con carencias, defectos y virtudes; incluso genialidad y alto rendimiento. Estas últimas facultades se van perdiendo conforme la enfermedad empeora sin intervención alguna y la línea del tiempo nos ha mostrado muchos ejemplos. El enfermo de una adicción es usualmente prepotente, cree tener todo bajo control; incluso su propia recuperacion; y alli yace una gran debilidad. Es temerario, egolatra y egoista. Desea la gratificación inmediata porque tiene una baja tolerancia a la frustración y esa gratificación se obtiene del consumo de narcoticos u alcohol para llenar ese vacio que implica retardar la gratificacion. Su tolerancia a la frustración es tan baja que pone en riesgo, sin observar las consecuencias, su vida, salud, bienestar familiar y/o económico; solo desea su próxima dosis y sin intervención nada ni nadie lo puede detener. Solo al agotarse el recurso económico o la droga, el individuo cesa su actividad o se enfrenta de cara al precipicio.

Un buen historial familiar medico, examen fisico y otros elementos clínicos pueden determinar muchos de los factores de fondo que predisponen a la adiccion, pero ¿Qué predispone a las recaidas? Las modificaciones de neurotransmisores y las interconexiones anómalas del cerebro enfermo del adicto juegan un papel importante, como lo han demostrado estudios experimentales con ratas de laboratorio. Adicionalmente los "defectos de carácter" antes expuestos se suman a la ecuación; la incapacidad del individuo de conectar sus emociones para reemplazar la droga por otras mas satisfactorias es otro reto a vencer. Se debe vencer el "romance" del individuo con la substancia y establecer otros vinculos afectivos mas satisfactorios. Se debe trabajar la ira, frustración, abandono y otros elementos de suma importancia. Es vital la intervención multidisciplinaria entre psicólogos, psiquiátras, neurólogos e incluso hasta de los médicos generales, quienes tienen la oportunidad de diagnosticar de primera mano el trastorno.

La conexíon emocional con la droga es intensa y despierta el deseo en el individuo; otro punto que lo hace extremadamente vulnerable. Sea cual sea el trastorno subyacente que mantiene esa conexión debe ser identificado y establecer un plan de contingencia que incluye mecanismos de alerta internos y externos. La falta de los mismos y de un plan estructurado otorgan a la recaida una alta probabilidad. Es deber del terapeuta implementar dichos mecanismos, asistir al enfermo en el reconocimiento de sus factores de riesgo, ayudarle a identificar su problema y trabajar aquellas emociones que gatillen el deseo del consumo. Alentar al afectado a asistir a encuentros de autoyuda grupal es beneficioso en el proceso. Lamentablemente el adicto siempre correrá el riesgo de recaer, nada lo hace invencible. Puede ser hoy, mañana o dentro de años, pero el riesgo se encuentra latente. Sólo a mayor conciencia de enfermedad, mejores mecanismos de defensa y para copar con el deseo o "craving", buen manejo interdisciplinario e intervención temprana, podemos disminuir al mínimo los riesgos de recaida en el paciente. SIEMPRE SE DEBE ADIESTRAR AL ADICTO A PEDIR AYUDA TEMPRANA EN MOMENTOS DE CRISIS!!!!
Autor del texto:Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano. Para mayor información o contacto, escriba a manthralab@gmail.com o llame al teléfono: +58 424 2302419

miércoles, 26 de mayo de 2010

El uso del crack y el HIV

Dado el aumento en el uso de la droga ilícita crack ¿Puede ser esto un factor de riesgo para la transmisión del virus del HIV? Siete investigadores de la Universidad de Columbia Británica en Canadá han examinado retrospectivamente datos del programa de Usuarios de Drogas intravenosas de Vancouver quienes reportaron el uso de drogas endovenosas al menos una vez al mes, vivan en el área de Gran Vancouver, fuesen HIV negativos al momento de aplicar y completaran al menos una visita de seguimiento en el estudio. Para determinar si el riesgo de seroconversión HIV cambiaba en el tiempo, se dividieron los datos en tres períodos: 1996-1999, 1999-2002 y 2002-2005. 1048 usuarios de drogas endovenosas aplicables para el estudio fueron incluidos en el mismo. 137de ellos adquirieron infección por HIV durante el seguimiento.



La media de los participantes que reportaron uso diario de cocaina crack aumentó de 11.6% en el primer período hasta 39.7% en el tercero. Luego de hacer cálculos para evidenciar co-fundadores; los investigadores encontraron que el riesgo de seroconversion HIV en los pacientes que diariamente utilizaban crack, aumentaba en el tiempo. Los autores concluyen que el uso de crack es un factor de riesgo independiente para la seroconversión HIV en usuarios de drogas endovenosas. Este es otro ejemplo de como el consumo de drogas se encuentra asociado a multiples substancias y riesgos a la salud publica como es la propagación del virus del SIDA.




Autor del texto:Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano.Para mayor información o contacto, escriba a manthralab@gmail.com o llame al teléfono: +58 424 2302419




domingo, 16 de mayo de 2010

El adicto y entorno

Aqui trataré algunos puntos sobre el entorno y otros factores que influyen en el adicto. La relación entre el individuo y su adicción es muy compleja, y no se limita al uso y sus consecuencias inmediatas. Muchas veces es difícil hacer el diagnóstico de adiccion u alcoholismo debido a que muchas personas son funcionales social y laboralmente, no buscan ayuda y su nivel de negación es alto. NO existe una linea divisoria entre un adicto y un usuario recreativo.


Contrario a lo que puedan pensar mis detractores, la adiccion es unica, solo que existen tipos y frecuencias en el uso de una substancia. Existen, por supuesto, sus excepciones para cada caso.
Para los adictos el ambiente suele ser solitario, independientemente de su actividad social. Puede estar rodeado de amigos y ser (o pretender) feliz. Muchos de sus contactos se reducen a un grupo pequeño de usuarios igual que el. Sin embargo su felicidad es usualmente acompañada de la dicotomía con la soledad. Puede que familiares y otros amigos se hayan alejado como consecuencia de su consumo, haciendo que la soledad sea mas importante y exista sensacion de exclusión y autocompasión. Puede que su comportamiento durante el uso de narcóticos sea agresivo o peligroso para otros, haciendole dificil compartir tiempo recreativo con otras personas. Puede estar sumido en una depresion oculta de tipo cronico y cuyo único tratamiento sea el abuso de substancias para producir sensacion de bienestar y euforia.

Otras personas utilizan el mundo de las subculturas como substrato para mimetizar su adicción. En ellas un grupo de personas siguen un modo de vida diferente y con vision rebelde hacia lo que se considera la sociedad general y hacen del consumo una rutina habitual como parte del comportamiento. Un ejemplo clasico ocurrio con el movimiento hippie y el consumo de marihuana y alucinógenos durante los 60 y principios de los 70.


Sea cual sea el modo; el adicto busca aceptación y de algún modo la encuentra en su hábito y en grupos sociales de diferentes tipos. Dependiendo de la severidad de su enfermedad, hara lo que sea para mantener su nivel de vida y el hábito de consumo. Sus finanzas iran complicandose, sus relaciones interpersonales se deteriorarán, su rendimiento laboral disminuirá y enfrentará a sus compañeros de trabajo, a sus jefes y a cualquiera que cuestione su comportamiento. Este fenómeno NO ES RESPONSABILIDAD DEL ADICTO; es una consecuencia de su enfermedad.



Muchos cuestionaran esta línea de pensamiento basados en la indulgencia que le otorgo al individuo y no por reprenderlo. Pero, en mi experiencia, los problemas de base son la raiz del uso y abuso de substancias, no al revés. La expresion en forma de adiccion de una matriz de factores en conjunto, es la explicación sensata y la que provee el entendimiento del tratamiento.
Muchos sufren de un nivel de negación muy alto de su enfermedad. Tan alto, que los hace incapaces, por si solos, de pedir ayuda o buscar tratamiento. En otros casos, como mencioné anteriormente se suman defectos de caracter como la soberbia, el egocentrismo, el egoismo y el desprecio por los valores y la vida. EL ADICTO ES UN ENFERMO, tan enfermo como cualquier paciente que sufre de cancer u otra aflicción médica. No se trata de individuos que se dan lujos o poseen estilos de vida irresponsables, eso solo es una consecuencia de su enfermedad. Por eso, deben ser tratados por especialistas o consejeros que entiendan la adicción por lo que representa: UNA ENFERMEDAD GRAVE.



El tratamiento farmacológico y psicoterapéutico va dirigido a modificar la bioquimica cerebral y a corregir los factores de base de la enfermedad. En el tratamiento se le enseña al individuo a aceptar su condición, a aceptar ayuda para la misma e insistir en corregir la raiz del problema, sea cual sea. Muchos pacientes sufren depresion clínica concomitante, la cual debe ser tratada con intervencion de fármacos. A otros los acompañan una cantidad conderable de tratornos psiquiatricos y muchos se encuentran en estado crítico; han perdido sus ahorros, su familia, sus bienes y les escoltan consecuencias severas inherentes al consumo prolongado como la perdida de facultades mentales, memoria, atrofia cerebral y otras.


Aprendamos a entender la adiccion como enfermedad y no como estilo de vida. Entendamos la relación entre ella y sus consecuencias y tratemos al adicto con la convicción y el respeto que merece como ser humano aflijido por un flagelo que afecta a miles de personas a nivel global. Hagamos esto y se habrá dado el paso mas grande en el comienzo de la rehabilitación y la reinserción del individuo en la sociedad.


Autor del texto:
Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano. Para mayor información o contacto, escriba a manthralab@gmail.com o llame al teléfono: +58 424 2302419

sábado, 15 de mayo de 2010

Sobre la heroina


La heroina es la substancia opiode mas común en los EEUU. A diferencia de otros opioides NO está aprobada para uso clínico de ningún tipo. Fue lanzada al mercado como analgésico por Bayer, pero debido a su alto potencial de abuso fue retirada y prohibida. Proviene de la savia de la flor de amapola y se encuentra altamente disponible en el mercado ilícito y su precio ha bajado desde los años 90.

No hay forrma de conocer el número exacto de adictos, pero, extrapolando las muertes por sobredosis, número de aplicantes para tratamiento y número de arrestos por posesión, el estimado en EEUU varía entre 750.000 a 1 millón. La droga puede ser aspirada, pero, es más común que se inyecte al torrente sanguíneo en forma directa, produciendo una sensación de euforia en menos de un minuto.




Es el llamado ¨high¨ lo que busca el adicto. Después de hasta 45 minutos se produce sedación y tranquilidad. Estos efectos duran entre 3 y 5 horas dependiendo de la dosis. La substancia es altamente adictiva y produce tolerancia directa y cruzada con otros opioides.

El eje hipotalamo-pituitaria-gonadas es anormal en los adictos a la heroina. Las mujeres sufren períodos irregulares y los hombres una variedad de eventos del funcionamiento sexual. La tolerancia desarrollada en el tiempo hace que la persona aumente las dosis y el intervalo entre inyecciones dependiendo de la disponibilidad de la droga o los recursos finacieros. Cuando se retira la dosis siguiente, el paciente experimenta los primeros efectos de la abstinencia temprana:
- Ansiedad
- Deseo de consumo
- Nauseas y vómitos
- Dilatación de las pupilas

La mortalidad (comunmente por sobredosis) es muy alta. También por la actividad criminal a la que se someten algunas personas para mantener el hábito. Los adictos sufren infecciones bacteriales en la piel, pulmones; endocarditis e infección por el virus de HIV por la común práctica de intercambio de agujas.


La rehabilitacion de los pacientes es necesaria, pero, difícil. Primero se debe detoxificar al paciente y tratar el sindrome de abstinencia; el cual dura entre 5 y 10 días y no suele amenazar la vida. Si el paciente es dado de alta inmediatamente de la detoxificación, la probabilidad de recurrencia es casi del 100%. Por esa razón, el individuo debe asistir y aprobar un plan de largo plazo en comunidades terapeúticas.

El tratamiento farmacológico consiste en el uso de metadona, clonidina, naltrexona o buprenorfina. Esto permite retirar la droga y mantener la abstinencia mientras se disminuye progresivamente la dosis.

Como toda adicción, el uso de heroina es la expresion de problemas de base y defectos de caracter. La inclusión de la psicoterapia a larga data, la aceptación y la alta motivación por parte del individuo son claves para la recuperación.



Autor del texto:

Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano.Para mayor información o contacto, escriba a manthralab@gmail.com o llame al teléfono: +58 424 2302419

viernes, 14 de mayo de 2010

Historia de un adicto


El sol ilumina mi rostro. La cabeza aun me da vueltas como un trompo. Mi frente sudorosa se adhiere a las fundas de la almohada. Estoy sudando. Volteo para ver el reloj, sin embargo, no alcanzo a ver la hora porque mis ojos no enfocan y mi visión es borrosa. Mi cabeza palpita. ¡Qué dolor tan insoportable! No reconozco la habitación. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Mi boca está seca y tengo sensación de arena en ella. Me llama la atención un discreto sabor a sangre.

Toco mis labios y los encuentro rasgados. Las fosas nasales sangran. ¡Cuánto dolor! ¡No tolero el dolor de cabeza! Intento reclinarme en el diván, pero, aun mareado, me cuesta incorporarme. Solo necesito unos minutos. El sabor a sangre se acrecienta y se hace penetrante. Mi torso desnudo muestra señales de sudor profuso y el temblor me arropa.

Tardo unos 20 minutos en incorporarme y levantarme. Mi cabeza pulsa. Siento que va a estallar. Me veo al espejo y solo observo un rostro grisáceo y pálido. Los bultos en mis ojos se confunden con las ojeras pronunciadas. Mi labio inferior está roto, mi ojo derecho inflamado. Tengo nauseas. Necesito agua pronto. Abro el grifo y acerco el vaso a su boca. Un vaso tras otro, el agua desaparece en mi garganta. Deseo quitarme el gusto a sangre, pero, mi nariz sigue sangrando profusamente. ¡El dolor! ¡Qué insoportable!



Luego de 30 minutos y de asearme un poco me pregunto: ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? Sudando aun me levanto y camino alrededor de la habitación, intentando reconocer formas. Hay silencio, nadie habla. Todo está callado como un callejón. Al ponerme la camisa percibo arañazos en mis costillas. Delgadas líneas con un tinte de sangre en mi pecho. Mi nariz sigue sangrando. El sabor a sangre no se ha ido. Siento calor y mareos. Me tumbo de nuevo en el desván para reconfortarme. Mi respiración es rápida y superficial. Ahora siento el hedor a alcohol y el malestar en la boca del estomago. Corro al baño y vomito en 2 ocasiones. Siento mas el alcohol y la sangre. Me veo al espejo nuevamente. Es como observar un cadáver. Ojos vacios y fijos. Me lavo la boca una vez mas y después de tomar otro vaso de agua, decido caminar hacia la puerta de la habitación. La cama deshecha tiene manchas de sangre y sobre ella hay 2 botellas de Vodka Absolut, un espejo y un pitillo. A su lado, una caja de cigarrillos y medio tabaco hondureño. ¡Mi reloj! ¡No encuentro mi reloj! El regalo de mis padres de graduación como medico. Un Rolex Gmt-2000. No lo encuentro. Busco sobre las mesillas y la cama. Nada. Quizas del otro lado de la puerta. Dos, tres, cuatro pasos y tomo la perilla para abrirla. Giro la manivela y me enceguece la luminosidad de intensos neones. Un amplio pasillo con alfombras y jarrones se abre delante de mi. No se observa un alma. ¿Dónde estoy?

Es viernes por la noche. Acabo de entregar mis últimos reportes en el consultorio y siento que la energía vuelve a mi cuerpo. Suena el teléfono:
-¿Alo?
-Amigo mio…estoy dejando la oficina ¡ya!
-¿Va lo de hoy?
-Perfecto…voy a mi casa, me arreglo, me ducho y nos vemos alla.
-Tranquilo. Yo llevo algo para el pre-despacho.
-Adios.
Esa era la rutina de los últimos 8 viernes de mi vida. Calculada. A la medida. Cada palabra estaba ejercitada y cada gesto programado en mi mente. Mientras apago las luces de la consulta, mi pulso se va elevando poco a poco. Al bajar por el ascensor saludo cordialmente a colegas, enfermeras, residentes y a la joven del kiosko de café. Hasta el lunes. Comienza el fin de semana. Es hora de relajarse y festejar un poco. Tanto trabajo acumulado, tensa mis nervios.



Pero hoy no. Hoy es viernes. Y esta noche voy a reunirme con mis amigos. Tomo mi carro y conduzco suavemente por las rampas hasta la salida. Presento la tarjeta y la barda se abre mágicamente, dándome una sensación de libertad efímera.

El camino a casa esta congestionado. El trafico es pesado, pero, avanza. La radio, como si fuera magia, suena mis canciones favoritas una tras otra. Nada parece salir mal. Pareciera alineado con el universo. Mis manos tiemblan en el volante. Ya llevo 1 hora en la autopista y esta parada. No se mueve y solo falta muy poca distancia para mi salida. Espero y observo. Un vehiculo accidentado esta causando toda la tranca. Veo mi reloj: 8:55 pm. Mis manos tiemblan y mi respiración se agudiza. Goteo sudor en mi frente.

Aprovecho estar detenido para buscar una pequeña bolsa en mi chaqueta. El trafico no se mueve. La encuentro y la abro. Solo el aroma despierta mis sentidos. Una arenilla blanca muy fina, tan fina que brilla en la luz tenue. Es su aroma lo que me despierta. Temblando, esparzo un poco del polvo en el apoyabrazos y luego busco un billete en mi cartera. La cola sigue sin avanzar. ¡maldito trafico! Voy a llegar tarde a mi casa. Enrollo el billete sobre si mismo y lo utilizo para aspirar los finos cristales blancos. La reacción es inmediata. El calor invade mi nariz. Mi pulso se acelera. Mis pupilas se dilatan. Sudo, sudo un poco. Tolero mejor el trafico y la música parece sonar mas agradable y fuerte ahora.

Quince minutos mas y llego a mi casa. La reja eléctrica abre a mi comando, dejándome entrar a mi palacio. ¿Mi palacio? Hacia mucho tiempo que no lo llamaba asi. Las luces apagadas me recuerdan porque. Una vez mas aspiro el polvo blanco; esta vez desde el techo de mi carro. Solo una línea. Es suficiente. Solo para tolerar mis próximos pasos. No necesito mas. De hecho, no quiero malgastar nada. Cierro las puertas y desde el amplio garaje oigo ya los gemidos de mis perros dentro de mi casa. Camino con algo de pereza. Me voy avivando al aproximarme a la puerta. Los ladrillos son ahora mas fuertes y se percibe el jugueteo al otro lado de la madera. Un giro de la llave. Dos giros de la llave y abro el umbral, solo para ser empujado por pares de patas. Fuertes. Mis perros. ¡Mis adorados perros! Ansio verlos desde la mañana. Saltan y juegan en mi presencia. No paran. Salen al jardín y juegan entre ellos. Una y otra vez saltan y me empujan. Felices. Adorables.

Miro mi reloj: 9:30pm. Es hora de ducharme. Suena el teléfono, pero decido ignorarlo y que la contesadora haga el trabajo. No es nada. Solo mis amigos para recordarme la hora. Conforme subo las escaleras, prendo una luz tras otra. El eco de mis pasos se escucha profudamente. Mis canes me acompanan. Reviso los demás mensajes de la contesadora. Nada relevante. Solo familia y amigos para saludar. Camino hacia mi habitación y nuevamente prendo la luz. Estoy en claroscuro. Una suerte de luz tenue, amortiguada por el brillo de las blancas paredes. La habitación se ve mas grande. La cama asemeja un océano. Cada dia me parece mayor el espacio. Y mis pasos retumban.

Me siento en la cama. Tomo un respiro. Un vaso y una botella me dan la bienvenida en la mesilla. Decido servirme un trago, total, hoy es viernes, necesito relajarme. Un trago de vodka seco calienta mis entranas. Me deshago de la camisa, luego el pantalón. Camino hacia el bano y enciendo otra luz. Me veo al espejo. Mi rostro luce cansado. Hay pequeñas ojeras en el. Hilos de sudor corren por mi frente. Mis pupilas son como agujeros negros. Otro sorbo de vodka. Mi mente empieza a desprenderse y me siento ligero en los pies. Giro la llave del agua. Una ducha templada estará bien. Una buena ducha templada. Primero la sensación del agua fría me inquieta, pero, me acostumbro al pasar de los minutos y luego me siento en comodidad. El agua corre por mi cuerpo refrescándolo. Que buena sensación de relajamiento. Pienso en los planes para hoy. Sonrio. Luego suelto una carcajada. Me digo unas palabras a mi mismo y cierro las llaves de agua. ¡Que alivio! ¡Que confort!

Camino semidesnudo hacia la cama y busco la pequeña bolsa entre mis ropas. No la encuentro. ¿Dónde esta? Una sensación de ansias se apodera de mi súbitamente. ¡AH! Aquí esta. Solo en otro bolsillo. Nada de que preocuparse. Me calmo inmediatamente. Sirvo una línea de polvo sobre la mesilla y la aspiro con el mismo billete. Se acelera mi corazón y la sensación de embriaguez desaparece. Sirvo otro vaso de Vodka. Dos tragos para relajarme. Un sorbo. Veo al espejo y decido no afeitarme. Otro sorbo. Busco en mi closet la camisa correcta, el jean y una chaqueta. Los lanzo sobre la cama. Otro sorbo. Me visto al son de música Soul y jazz. Otra mirada al espejo. Todo en el orden correcto. Termino el trago. Me siento revitalizado. Como un fénix. Coloco el vaso en la mesa de dormir y tomo el teléfono:

-¿alo?
-Voy saliendo para alla. Son las 10:30pm. En media hora estoy alla.
-Tranquilo. Yo tengo algo para el camino. Chao.

La noche apenas comienza………….

¿Se siente identificado? ¿Vive una experiencia similar?
¡BUSQUE AYUDA YA!




Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano.
Para mayor información o contacto, escriba a manthralab@gmail.com o llame al teléfono: +58 424 2302419

jueves, 13 de mayo de 2010

De los factores de riesgo...



En esta entrada trataré en la forma más concisa y sincera posible el que entendamos un concepto, que para muchos, será decepcionante: LA ADICCIÓN A LAS DROGAS NO ES SU PROBLEMA, ES SÓLO, LA EXPRESIÓN DEL PROBLEMA REAL DE BASE; cuyo arraigo está en los factores que citaremos mas adelante.

Recuerdo la primera vez que escuche eso: mi ira era tan intensa, que las orejas estaban rojas, y yo mismo cuestioné la validez del programa. Tanto trabajar para que se me revelara semejante verdad. Verdad que cuesta mucho aceptar, pero, es fundamental en el éxito de su rehabilitación.

A nadie le gusta reconocer que es, o que le llamen adicto. Por lo menos, no los casos que en mi experiencia he compartido. La persona puede sentirse regocijada por tener 11 años libre del consumo, pero, jamás le gustará reconocer que se le llame adicto. Mucho menos le gustara que le digan que su adicción no es su problema, sino, la expresión de una enfermedad de base. O una mezcla de factores patogénicos. Pero, si no aceptamos esos factores y nos entregamos a la recuperación; basados en la corrección de esos elementos no podrá haber chance para la rehabilitación.

Numerosos han sido los estudios para la identificación de los patrones de conducta del adicto/abusador y desde el punto de vista socio cultural, la mayoría han arrojado similares resultados y en ellos están basados muchos de los programas de autoayuda, los cuales son de mi recomendación.

Actualmente los avances científicos de mayor calibre han hecho determinaciones sobre el ADN de los sujetos adictos encontrando algunos genes sospechosos, pero, en esa parte estamos en pañales y yo, en mi experiencia dudo que, una mutación genética, sin combinarse con los demás predisponentes ambientales y sociales sea capaz de generar, per se, un adicto.


LOS DEFECTOS DE CARÁCTER

Antes denominados en forma poco correcta políticamente: trastornos mentales. Se ha hablado mucho en esos años sobre los factores denominados “defectos de carácter” (intrínsecos de cada persona, pero, bastante comunes entre un grupo particular)

Los defectos más comunes predisponentes en aquellos dependientes a las substancias son usualmente: Prepotencia, narcisismo, soberbia, baja tolerancia a la frustración, incapacidad para retardar la gratificación, conducta antisocial, baja autoestima, hambre de poder, envidia y algunos otros poco menos comunes. Usualmente tendemos a ser obsesivos, compulsivos, perfeccionistas y agresivos. Todos estos factores deben ser identificados y aceptados, de modo de poder trabajarlos y corregirlos “matando la mala hierba desde su raíz”. Es necesaria la paciencia, aceptación, autodeterminación, convicción y autoconfianza. Lo que me gusta denominar fuerza interna. Aquella que impulsa a abstenerse de un acto compulsivo porque domina más allá de la voluntad conciente. Mientras más fuerza interna se desarrolla, menos susceptible se es a recaer. El reforzamiento de dicha fuerza puede realizarse mediante la utilización del autocontrol, yoga, tai/chi u otra arte marcial; puesto que ellas refuerzan la autodisciplina; por lo que las recomiendo a cualquier persona que se encuentre en un programa de rehabilitación.

Otros factores que ponen en riesgo adicional son: el acceso a los fármacos (bien sea por afinidad o por poder económico) Los médicos, enfermeras y odontólogos, dada su profesión y el fácil acceso a los fármacos o a la auto prescripción; tendemos a poseer un riesgo de adicción superior a la población general. La mayoría de los fármacos con potencial de abuso comparten ciertas características: son euforirogenos, producen sensación de bienestar o quitan el cansancio. A su vez todos generan tolerancia, es decir, es necesaria una mayor dosis cada vez, para lograr el efecto deseado; lo que conlleva a dependencia física, demostrada por alteraciones cerebrales disfóricas cambios de humor, pensamiento y conducta que incluyen la búsqueda de la droga.

LOS FACTORES Y MECANISMOS DE APRENDIZAJE

El adictos usualmente se une a subculturas y asumime sus conductas y actitudes como suyas. Esto es un hecho que domina en la adolescencia, pero, no exime a ningún adulto. Los fármacos o drogas pueden actuar como reforzadores de paradigmas. Entendiendo que un reforzador es un hecho que sostiene, termina o pospone una conducta particular. Si esta conducta se programa, puede producirse la necesidad de adquirir el fármaco sin el factor relacionado al mismo o es independiente del mismo. Estas conductas programadas con reforzadores son más difíciles de tratar y producen mayor nivel de recaídas.


LOS FACTORES SOCIOAMBIENTALES

La disponibilidad, el acceso a subculturas, el estatus socioeconómico bajo, la inestabilidad familiar, el abuso o maltrato y las minorías son otros factores determinantes.

Los afligidos por la adicción a narcóticos (sin dejar por fuera consejos que puedan ayudar a otros grupos) tienen una cuota de responsabilidad importante para su diagnostico, tratamiento y rehabilitación exitosa.

Podemos pagar al mejor terapeuta de Nueva York y pagar 500$ la hora. El nos ofrecerá ayuda para la identificación de nuestros factores “raíz” y nos proporcionara las herramientas individuales para reconocerlos y mejorarlos. Pero nuestra responsabilidad llega cuando se nos exige ese cambio, es difícil; muy difícil, habiendo estado en esos mismos zapatos que usted, se lo difícil que es aceptar nuestras carencias y defectos, pero, es nuestra responsabilidad.

Si queremos mejorar, debemos cambiar y para cambiar debemos:

1. DETECTAR.
2. RECONOCER.
3. ACEPTAR SINCERAMENTE.
4. TRABAJAR CON AUTOCONVICCION, CONFIANZA Y FUERZA INTERNA.
5. EVITAR LA EXPOSICION A NUESTROS FACTORES DE RIESGO.
6. ABANDONAR LOS MECANISMOS APRENDIDOS.
7. EVADIR LAS SITUACIONES, LAS PERSONAS Y LAS CIRCUNSTANCIAS QUE NOS IMPULSAN O DISPARAN EL DESEO DE CONSUMO.

La llave de nuestra sanación esta en nosotros mismos y la voluntad que tengamos, la fuerza interna, auto convicción y perseverancia. Para aquellos devotos a la religión, la aceptación de su poder superior y su fe en el, será de gran ayuda. Mantenga en todo momento estos conceptos y trabájelos con regularidad incluso si se siente correctamente; le servirán para mantener la “hojilla afilada”.

Autor del texto:
Dr. Francisco J. Pimentel G., Médico Cirujano.
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